Juego es un problema de la familia y no del individuo

El deseo obsesivo de jugar es una incapacidad de controlar los impulsos. Las personas que desarrollan el problema con el juego llegan a ser propensas al comportamiento impulsivo, y de forma automática se vuelven al juego como la fuente principal de diversión. Disfrutar de este hábito fatal con el tiempo llega a ser la única manera de escapar del estrés cotidiano.

Los motivos para desarrollar la adicción son numerosos e incluyen los factores genéticos, sociales y psicológicos. Los estudios han demostrado que los hombres son más propensos a desarrollar este trastorno, así como que la adicción en mujeres con frecuencia ocurre en una edad más avanzada.

El descontento por el estado económico y la posibilidad de ganar dinero fácil son los motivos debido a los cuales los jóvenes empiezan a jugar. Lamentablemente, debido a muchos ejemplos de la práctica, esta historia casi nunca tiene un final feliz. Si uno continúa jugando, las ganancias con el tiempo llegan a ser menos importantes, mientras que la búsqueda de experiencias emocionantes se convierte en el principal motivo para regresar a este hábito fatal.

Por supuesto, a medida que pasan los días, la apuesta aumenta, por lo que las pérdidas económicas llegan a ser más visibles. Lo mismo que en caso de la adicción a las sustancias psicoactivas, los problemas con el juego son de naturaleza progresiva. Surge la pregunta cómo dejar de jugar cuando cada juego nuevo lleva al individuo cada vez más a las garras de la adicción.

La adicción al juego afecta a las personas de todas las edades y clases sociales. Es difícil dar ejemplo de una situación en la que ocurren las mayores consecuencias para la vida de un individuo. Los padres jóvenes son ciertamente uno de los grupos demográficos más amenazados.

Los padres que tienen problemas con el juego van descuidando paulatinamente sus responsabilidades, y es entonces cuando más sufren los demás miembros de la familia. Las pérdidas de dinero son solo una parte de la historia. Los jugadores son impulsivos, y debido al estrés constante en el que viven, se vuelven más propensos al comportamiento agresivo que puede escalar en la violencia física.

No es necesario repetir que en tales circunstancias es imposible mantener las relaciones familiares armónicas. Con la pérdida de confianza y grandes pérdidas económicas, las peleas llegan a formar parte de la vida cotidiana. Después de jugar, los individuos a menudo sienten la culpa, pero simplemente no son capaces de luchar contra sus impulsos que dominan sobre la voluntad.

Las noches en vela en los casinos ciertamente afectan todos los aspectos de la vida y la diferencia se nota más con la caída drástica de la productividad en el trabajo. La situación empeora adicionalmente si ocurre la pérdida de trabajo, cuando los problemas financieros solo se vuelven más graves. Entonces el juego puede llegar a ser la única fuente de ingresos, por lo que es casi imposible dejar esta actividad.

Juego y trastornos psicológicos

¿Cómo dejar de jugar si el juego representa una forma de escapar de la realidad difícil y la posibilidad de devolver las deudas? En la situación cuando la euforia, que conlleva el juego, es la única fuente de alegría, es muy difícil dejar este hábito de repente y elegir la vida sana.

Los trastornos psicológicos, como la depresión, paranoia y psicosis, pueden surgir como acompañantes de la adicción al juego. Sin embargo, debido al aumento de adrenalina durante el juego, los síntomas no deseados se reprimen por un periodo, lo que motiva a la persona a desarrollar unos patrones negativos de comportamiento, imposibles de parar más tarde.

Lamentablemente, esta solución a corto plazo hace más daño aún. En cuanto desaparece la oleada de energía, la depresión y otros trastornos se vuelven más fuertes que antes. Se producen dolores de cabeza insoportables y trastornos de sueño que empeoran la vida cotidiana. En tales condiciones, es imposible dedicarse a alcanzar la recuperación completa.

¿Cómo ayudar a la persona que tiene problemas con la adicción al juego?

Los jugadores son personas propensas al comportamiento manipulativo. A menudo mienten a sus seres queridos y están preparados para cualquier cosa, solo para satisfacer su necesidad de alcanzar nuevas experiencias emocionantes. Aunque los miembros de la familia con el tiempo pierden su confianza en el adicto, cierta dosis de optimismo acerca de la recuperación siempre existe. Sin embargo, si al adicto se le brinda plena confianza, las cosas pueden ir mal de nuevo.

Uno está en busca de “la última” ganancia grande, con la cual devolvería deudas anteriores. Lamentablemente, solo se trata de una forma de autoilusionarse. Cada apuesta nueva representa la prolongación de agonía y la profundización de los problemas existentes. Incluso si se produce una ganancia grande, ese hecho solo puede enmascarar los problemas por un periodo breve.

Una vez producidas las deudas, las personas piden préstamos y créditos para asegurar los recursos necesarios para la continuación de su obsesión. Por supuesto, incluso ese dinero desaparece rápido, pero el deseo de jugar sigue siendo presente. El mayor error que se produce es buscar la salida en los préstamos de los usureros. Después de un tiempo, los usureros desean cobrar sus deudas, que hasta el momento han crecido por intereses altísimos.

Entonces la familia es la que más sufre. Están obligados a devolver las deudas del adicto, aunque con frecuencia no son capaces de hacerlo. Venden cosas de valor, piden préstamos a los amigos, mientras que a veces pierden todas las propiedades, solo para conseguir la salvación.

Continuas conversaciones con el adicto, la psicoterapia con personas no profesionales, incluso las constantes amenazas a veces no son suficientes para parar este hábito tan peligroso. La adicción al juego es un trastorno serio que requiere tratamiento inmediato. Los intentos de la deshabituación por su propia cuenta terminan en recaídas, mientras que solo un momento de la debilidad es suficiente para despertar los viejos hábitos.

¿Cómo dejar de jugar?

El tratamiento de la adicción al juego hay que tomarlo en serio. Aunque es imposible desarrollar la dependencia física del juego, a veces es muy difícil escapar de los pensamientos obsesivos que destruyen todo. Debido a ello, el apoyo de la familia juega un papel importante en el proceso de recuperación.

El adicto al juego debe ser consciente de que no está solo en esta lucha. Aunque tal vez haya perdido la confianza de los seres queridos, nunca es tarde para acudir al tratamiento y elegir hábitos más sanos, lejos de los problemas que conlleva el juego. En tal entorno, es posible restablecer las relaciones familiares deterioradas y recuperar lo perdido.

Durante el tratamiento en la clínica Dr Vorobjev, prestamos especial atención al diagnóstico detallado, en el que se descubre la presencia de los posibles trastornos acompañantes. Estos trastornos a veces representan el principal motivo que conduce al regreso al juego. Solo cuando se inicie un tratamiento detallado pueden ser alcanzados los resultados deseados.

El nerviosismo y la irritabilidad desaparecen debido al uso de los medicamentos adecuados y la psicoterapia. Con el uso de los dispositivos médicos de última generación, los neuromediadores en el cerebro recuperan el estado natural de equilibrio, mientras que el humor mejora y se normaliza.

En tal estado es posible regresar a la vida cotidiana, sin miedos a recuperar los viejos hábitos. Es más, después de terminar el tratamiento con éxito, las personas desarrollan una aversión psicológica al juego, que es la condición previa para alcanzar éxito a largo plazo.