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07/02/2024
Las drogas alucinógenas no se toman muy en serio.
Aunque son conocidas desde la antigüedad, el abuso de pastillas, el alcoholismo y la adicción a la cocaína, heroína y otras sustancias psicoactivas, es una de las enfermedades más extendidas en el siglo XXI. A esto contribuye el ritmo acelerado de la vida y el estrés constante tanto en la vida privada como en el trabajo. Por eso la gente busca maneras de relajarse y escapar de la realidad cruel al menos por un momento. Una de esas formas es consumir una droga alucinógena.
Lamentablemente, muy pronto una forma de escape llega a convertirse en la adicción, que deja consecuencias peligrosas en el cuerpo. De su poder nos habla el hecho de que más de 21 millón de personas en el mundo consume narcóticos, mientras que las drogas alucinógenas ocupan el tercer lugar según los casos registrados.
Las drogas alucinógenas son conocidas desde la antigüedad
Las drogas alucinógenas se utilizan desde hace milenios y de ello hay testimonios en los descubrimientos de la cultura egipcia, micénica, griega, maya y azteca. De hecho, se trata de los medicamentos más antiguos producidos de unas especies de setas, cactus y otras plantas. Se utilizaban no solo en la medicina sino también con fines religiosos. De allí su nombre los enteógenos.
A saber, los antiguos chamanes y magos consumían drogas alucinógenas durante los ritos, para llegar al estado de trance. De esta manera podían comunicarse con el espíritu santo y descubrir la causa de la enfermedad del paciente. Al mismo tiempo, consideraban que estas sustancias tenían un poder curativo.
Solo a los principios del siglo XX las drogas alucinógenas recibieron la atención de los científicos. Así, en 1927, uno independientemente del otro, Kurt Beringer y Louis Lewin publicaron trabajos en base a la investigación de las plantas psicoactivas. Unos diez años más tarde, se ha incluido el efecto de setas de psilocibina y otras plantas.
Sin embargo, la mayor importancia tuvo el descubrimiento de la droga semisintética alucinógena – LSD en 1938 por Albert Hofmann. Después de la Segunda guerra mundial esta sustancia fue utilizada en la psiquiatría para tratar la psicosis y la esquizofrenia.
Muy pronto ha sido descubierto su verdadero efecto en el cuerpo de una persona. Así pues, se ha prohibido su producción y su consumo.
Las drogas alucinógenas abarcan un espectro amplio de sustancias
Las drogas alucinógenas se dividen en tres grupos – psicodélicos, disociativas y delirantes.
Los psicodélicos obtienen su nombre de las palabras griegas “psyche” – mente y “delos” – descubrir, lo que señala sus efectos. Estas drogas alucinógenas tienen capacidad de “descubrir aspectos ocultos, pero reales, de la mente humana”. La más conocida, pero también la más fuerte entre ellas, es LSD, en forma de pastillas, cápsulas, polvo y líquido. También se puede consumir chupando los cuadraditos de papel empapados en droga o por vía intravenosa. El efecto empieza 15 minutos después, mientras que, si se ingiere por vía intravenosa, su efecto empieza en 5 minutos. Los efectos duran al mínimo 12 horas, aunque a veces unas 24 horas, y no se pueden parar de ninguna manera. Entre los psicodélicos están MDMA (éxtasis), mescalina, que se obtiene del cactus mexicano peyote, derivado de triptamina DMT, psilocibina (ingrediente activo de la seta mexicana teonanácatl) y THC (sustancia activa de cannabis).
Las drogas disociativas producen analgesia, amnesia y catalepsia, causando pérdida de memoria, pérdida de conciencia del entorno y pérdida de control de movimientos. Algunas también tienen efecto depresivo, similar al efecto de los opiáceos. Los más usados son ketamina, fenciclidina, salvironina-A, que se obtiene de la planta mexicana Salvia divinorum, y el ácido iboténico y muscimolo, que se obtiene de la seta Amanita muscaria.
Los delirantes, tal y como dice su nombre, en los consumidores causan delirio, caracterizado por extrema confusión e incapacidad de controlar movimientos. En este grupo pertenecen la atropina, que se obtiene de varias plantas y la escopolamina, un ingrediente de la planta Datura stramonii. El tabaco no procesado también pertenece a los delirantes, por su alta concentración de nicotina.
Las drogas alucinógenas tienen fuerte efecto psicológico
Aunque la cocaína y sus efectos en el cuerpo son considerados como los más fuertes, las drogas alucinógenas también tienen resultados fatales. En el primer consumo ya aparecen los efectos negativos. Son característicos las palpitaciones, el mareo, la presión arterial y la temperatura corporal elevadas, las pupilas dilatadas…
Dado que intensifican los estados habituales de la mente, ocurre el trastorno de la percepción. Así aparecen unas imágenes visuales más intensas y “más vivas”, susurros, incluso el cambio de sabor y olor. Este viaje, es decir “trip”, es acompañado por unas alucinaciones y estados de alerta intensos.
Las drogas alucinógenas afectan directamente los receptores de serotonina. Mediante un consumo prolongado se producen los llamados flashbacks. Se trata de volver a experimentar algo sin consumir sustancia. La consecuencia es la disminución de las funciones cognitivas y la memoria, mientras que se intensifican los ataques de pánico y los cambios del humor, incluso la depresión y agresividad. Con el tiempo se desarrollan distintas fobias y miedos, así como unos problemas psicológicos y esquizofrenia, que en muchos pacientes conducen al suicidio.
Síntomas de la dependencia física
Los síntomas de la dependencia física no siempre son observados en las drogas alucinógenas. Por eso no existe un síndrome de abstinencia grave. Sin embargo, esto no significa que no es necesario depurar el cuerpo de las drogas y tratar la dependencia psicológica.
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Todos los programas de tratamiento son de carácter individual, prescritos después de un diagnóstico detallado. El paciente recibe un apoyo después del tratamiento, para evitar los desafíos y problemas que conlleva el retorno a la vida normal.
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Publicado el 07/02/2024
Por el equipo de Dr Dorobjev Clinic
